Mateo 12:28-29

Mateo 12:28-29 “Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios. Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa.”

 Una  de las enseñanzas falsas más prominentes hoy en la guerra espiritual es que los creyentes debemos atar a los demonios. La basan en este versículo. Muchos equivocadamente han deducido que Jesús nos enseña a atar a Satanás para poder vencerle. El problema es que en este versículo Jesús cuenta una parábola o ilustración para mostrar de que si El sacaba a los demonios, el era más fuerte que el enemigo, el diablo, por lo tanto él era el mesías que traía el reino de Dios. Este pasaje No es una enseñanza para sacar demonios, ni un manual de guerra espiritual. Note que Jesús no estaba dando una enseñanza a los discípulos, la audiencia de Cristo eran los críticos fariseos. Note que Jesús en ningún pasaje de los evangelios echo fuera a algún demonio atándole. Este pasaje no enseña que debemos “atar a Satanás.” Es una simple ilustración de que él era más fuerte que Satanás pues lo había sometido (atado).

Note que Marcos 3:22-25 nos clarifica que Jesús estaba dando una ilustración o parábola: “Pero los escribas que habían venido de Jerusalén decían que tenía a Satanás, y que por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios. Y habiéndolos llamado, les decía en parábolas:  ¿Cómo puede Satanás echar fuera a Satanás? Si un reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer. Ninguno puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si antes no le ata, y entonces podrá saquear su casa.” Una parábola es una ilustración, una historia que contiene una enseñanza.

Atar al hombre fuerte es una parábola para ilustrar la superioridad de Cristo y la llegada de su reino. No es un manual de guerra espiritual.

El verdadero significado de Atar y Desatar = Autoridad para dar dirección doctrinal y espiritual

La única ocasión en la Escritura donde se nos enseña a atar algo es Mateo 18:15-20: “Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. Más si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por un incrédulo. De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo.” Note que este pasaje nada tiene que ver con liberación demoniaca, sino con disciplina en la iglesia contra el ofensor no arrepentido, teniéndole como un incrédulo. Si este pasaje se tratara de “atar” demonios, entonces ¿en dónde queda el “desatar”? ¿Qué significaría desatar demonios?

¿Atar y desatar? Era una termino de los maestros de la Ley judíos, los rabinos que significaba que cuando algo era atado era prohibido, cuando era desatado era permitido. El contexto del pasaje de Jesús es la disciplina en la iglesia sobre alguien que ha ofendido a un hermano y no quiere pedir perdón, así se prohíbe que se le trate como creyente pues su conducta muestra que se comporta como los incrédulos.